
Sobre mí
Hace unos años cuando me gradué de ingeniería agropecuaria no podía dejar de decir esta frase: !Me gradué¡. Toda mi familia estaba orgullosa por este logro en una carrera que me gustaba. Siempre me encantaron los animales, las plantas y de todo lo que tiene que ver con la naturaleza.
Comenzaba una nueva etapa profesional y de nuevas responsabilidades. Yo estaba muy emocionada con todos estos retos que venían. Inicié la búsqueda de trabajo, he hice todo lo posible para encontrarlo: mandé carpetas con mi CV a todos los anuncios encontrados en periódicos, hice algunas entrevistas, llamé a todas las puertas posibles. Pasaron varios días, semanas sin ninguna respuesta positiva. Pronto llegó el desánimo, ansiedad, la desesperación y sobre todo la inseguridad. No paraba de preguntare a cada minuto ¿Seré buena en esto?, ¿es por qué soy mujer dentro de una profesión mayoritariamente masculina?

Como terapia y para tener unos ingresos, emprendí mientras tanto en el mundo de la bisutería. Pasaron meses y un día mi mamá me sugirió probar la joyería con metales preciosos. Yo consideré esta opción y finalmente decidí lanzarme.
En el instante que agarré con mis manos el soplete y vi como un metal duro sin vida se derretía y formaba una bola brillante que me encandilaba, se derritieron todas mis dudas e inseguridades. En ese momento surgió toda la creatividad escondida durante muchos años, tras números y ciencias de una ingeniería que me dejó vacía. Resurgió todo ese amor de hacer cosas con las manos que me había acompañado desde que era niña. Surgió una forma diferente de ver la vida, más ligera, más amena, por qué no, con más felicidad
Comencé con mis primeras ventas y mis primeros pedidos. En ese momento comprendí que estaba haciendo las cosas bien, que mis diseños, mis joyas y todo el trabajo que estaba realizando valía la pena. Y la valía simplemente porque, no es que me guste la joyería, es que me encanta y me apasiona este oficio.
